Por Claudia Roldós
La muerte de un delfín franciscana bebé, el 10 de febrero, que turistas encontraron cerca de la orilla de la playa de Santa Teresita y sacaron del agua para tomarse fotos, sigue siendo noticia y generando polémica. Después de la fuerte condena social de la acción, del pedido a través de la plataforma Charge.org de aplicar la ley de maltrato animal contra las personas que sacaron al animal del agua, se suma la investigación abierta por el fiscal federal a cargo de la la Unidad Fiscal de Investigaciones en Materia Ambiental (UFIMA), Ramiro González.
La pregunta que queda flotando es: ¿Es mas útil condenar una situación puntual o educar, concientizar y evitar que esas conductas se reiteren?
El fiscal federal Ramiro González quiere conocer si el animal falleció como consecuencia de la captura de ese grupo de personas. Por ello, solicitó la realización de diversas medidas, entre ellas, identificar a quienes aparecen en el vídeo y fotos difundidos en redes sociales y diversos medios de comunicación. Además solicitó al titular de la Dirección de Fauna Silvestre un informe sobre las características del cetáceo y toda información que tenga sobre el hecho en cuestión.
Reflexión
¿Cuál es la pertinencia de judicializar esta situación? ¿Se requiere una medida judicial para conocer las verdaderas causas del fallecimiento del ejemplar? ¿Pueden ser penadas las personas que aparecen en el video? ¿Resolverá una resolución judicial o una eventual pena a quienes se considere responsables, la situación de vulnerabilidad de esta especie? ¿Impactará positivamente sobre la cantidad de estos animales que mueren en alta mar como consecuencia de su captura incidental por redes de pesca? ¿Contribuirá la medida en la educación y concientización de la población sobre cómo manejarse, no solo en la playa, sino en todos los ambientes naturales que compartimos con otras especies? Estas son solo algunas de las preguntas que surgen a partir de esta situación que llegó a los titulares en todo el mundo, pero sin hacer foco en la situación de fondo.
Para condenar judicialmente la situación registrada en las fotos y video, la Justicia debería probar la “intencionalidad” o dolo de la conducta. ¿Fue intencional? Nada en las imágenes parece indicarlo. Tampoco hubo posibilidad de estudiar los restos del ejemplar. Otra puerta a respuestas, a obtención de pruebas, que se cierra. ¿Se puede condenar a un grupo de personas por no saber que estos animales no pueden estar más que unos pocos minutos fuera del agua porque se pueden asfixiar?
Alejandro Arias, coordinador de proyectos con especies marinas de Vida Silvestre, reconocido ambientalista a nivel internacional, sostiene que si bien ese caso puntual, sobre todo debido a las “selfies” tomó estado público y gran notoriedad, en días previos y posteriores, la entidad recibió llamados sobre aparición en las playas de otros ejemplares de delfín franciscana en las playas. “Hay muy poco conocimiento sobre el mar y sus especies. No es extraño que en esta época aparezcan en la costa ejemplares. Estas especies también se enferman y están expuestas a muchos factores que les hacen mal, por causas naturales y antrópicas. En el caso del video, se ve que llega a la costa muy deteriorado. Probablemente se trate de un ejemplar que quedó huérfano por captura incidental de la mamá” indicó.
Tras señalar que es cuestionable y repudiable la actitud de los bañistas, Arias coincidió que lo importante en este tema es “hacer foco en la educación. No creo que la vía judicial sea la correcta”.
Difundir, concientizar, explicar, una y otra vez, todas las veces que sea necesario para ir logrando cambios de conducta en las personas es fundamental.
Otras entidades locales, nacionales e internacionales, realizan con los mayores o menores recursos de que disponen, campañas de difusión y educación para sensibilizar a la población sobre la importancia de actuar correctamente frente a estas aparicione.
No es tarea sencilla. Muchas dan resultado otras no tanto. En general, tienen un gran impacto inmediato, pero se diluyen con el paso del tiempo. La clave está en insistir. Porque es más útil educar, concientizar, que condenar.